domingo, 24 de junio de 2007

Contrato de Pololeo

Uno sabe perfectamente con quién quieres pololear unos meses, tal vez un año, o con quien quieres estar toda la vida.
Si pensamos que matrimonio es un “contrato solemne”… ¿Por qué el noviazgo no podría tener las mismas solemnidades?
Yo, de partida, comenzaría con las cláusulas. Para qué nos vamos a meter en el tema del “amor eterno” y banalidades como “llamarme al menos 3 veces a la semana, un mensaje de texto diario y un mail al mes con declaraciones de amor”. Hay temas más trascendentales que fundamentar, por ejemplo:
1. Infidelidad: Te aviso al tiro que eso significa PLR sin derecho a réplica. Además procede un embargo absoluto de los bienes (los que yo regalé claro) sumado a un correcto manejo de la situación, es decir, la que debe quedar siempre bien parada soy YO.
2. Amigos: En un tema conflictivo y como somos adultos, podemos llegar a un buen acuerdo como dividirnos los amigos comunes en un 50% para cada uno. Me quedo con los más entretenidos y los que tengan amigos minos, claro está.
3. Familia: Estoy por las relaciones diplomáticas al 100 por ciento, pero ojo, no existe permiso para que el pololo sea el nuevo hijo putativo de mi familia. O sea, la favorita siempre seré yo, por lo que no es necesario que sigas llamando a mi casa preguntando por mi abuela.
4. Mascotas: Afortunadamente no he tenido, pero si tenemos una mascota común y es de “marca”, me la quedo. Total, los hombres nunca las cuidan tan bien como una.

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