miércoles, 26 de diciembre de 2007

El Viejito vale Hongo, pero Yo me Creo Gurú

Porque por más que le hice la pata al Viejito Pascuero en mi carta, no pasó nada.
Y cuando yo esperaba encontrarme con un guachón con el cuerpo de Chayanne, vestido sólo con papel celofán y esperándome bajo del árbol navideño: NADA.
El viejito es una súper estafa.

Pero además de eso me creo Gurú. Qué mentalista de Chimbarongo, ni Ayún ni nada: Con el catálogo de los “casos clínicos” di con la verdad de la milanesa.
Fui a almorzar el “de patio” número 2 y sólo acepté porque me encanta que me inviten, no porque sea malvada. Sólo puedo decir que mi análisis no pudo estar más acertado: Si yo fuera su polola me pego un tiro. O me lanzo al Mapocho, pero abrazando un armario de 2 cuerpos. Algo bien drástico de todos modos.

Y a mí, como que cada día me gusta más estar soltera…

Pero como me siento The Real Gurú – ¡tiembla Bomba!- y para reivindicar a los guachones porque no Les odio, también escribiré algunas de las cosas que me gustan de ellos:

1. Cuando se dejan la barba de dos días
¿Hay máquinas que dejen la barba así siempre? Es que no me gusta ni el estilo Osama ni los “potito de guagua”. Esa barba como crecida es demasiado sexy y hace cosquillas al besarlos. 10 puntos al tiro.
2. Guachón Peludo
Pero nunca monos, que todavía tengo pesadillas con una teleserie donde se veía a Bastián Bodenhofer saliendo de la piscina: ¡con un koala pegado en la espalda! Guacala, ahí yo aplicaría cera de una, pero en un nivel decente se ven demasiado varoniles.
3. Pelo corto
Afrontémoslo, a los chicos les queda el pelo corto no más. Al único guachón al que le queda bien el pelo largo es a Camiroaga, pero es que ése no tiene arreglo: Es tan pero tan mino, que se viste de huaso y yo igual me casaría con él: así de mino.
4. “Saliendo de la Ducha”
Yo debo ser muy turbia, pero cada vez que veo a un guachón con el pelo mojado me paso la mejor de las teleseries. O sea, yo “Le amé” a Chayanne cuando hizo un video clip con lluvia, debe estar por ahí el tema. Lo encuentro demasiado sexy. 50 puntos.
5. Voz de Hombre
Porque hay pocas cosas más mata-pasiones que los con “voz de pito”. Una vez salí con un guachón que abría la boca y me dejaba sorda. Y no me acuerdo de nada de lo que hablamos porque yo sólo pensaba dónde estaba el botón “mute”. Macabro. Pero los con voz varonil son sexys y provocan hasta que te canten una canción al oído.

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¡Feliz Navidad para Todos los que pasan por aquí!

Y si al igual que a mí, no les llegó el regalo que le pidieron a la “estafa con patas” del viejito pascuero, podemos ir juntos a protestar. E ir a secuestrarle a Rudolph el próximo año.

Pd: Igual recibí un regalo “personal” muy bello para navidad. ¡Besos exclusivos para ti!

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viernes, 21 de diciembre de 2007

Querido Viejito Pascuero

Mejor nos saltamos la parte latera de si me porté bien o mal este año: Me porté no más. Aunque si mira para el lado y comparándome con la famosa Naty o los díscolos que le hicieron la cama a la Michelle, yo diría –humildemente- que soy un angelito con patas.
Además, hace tiempo que no le pido nada. Yo diría que como desde los 12 años, cuando descubrí que su colega “don Ratón de los Dientes” era más turbio que el viejo que se traspasó fondos al banco extranjero, al encontrar mis molares tirados en el patio.
Por ese terrible hecho Viejito, es que empecé a desconfiar de inmediato de todo el gremio de los “querendones de los niños”, así que no recibe cartas mías desde esa época. Sumando y restando: ¡me debe un montón de regalos!
Así que aquí va mi lista, con un poco de adelanto para que no explote a los duendes y puedan envolverlos con tiempo:

1. Quiero un admirador secreto con todas las descripciones que ya mencioné aquí –porque Viejito, varios se ofrecieron, pero al final de cuentas: “Ná de Ná!”-
2. Quiero los números ganadores del Loto. Porque ya parece chiste, tengo la sospecha de que yo mantengo a la oficina de Ahumada y ¡nunca me gano el guatón millonario!
3. Quiero que abduzca a un editor de alguna revista de papel couché y le diga que hay una guachomina seca que escribe en este blog, para que me ofrezca una columna semanal y me paguen por escribir tanta tontera.
4. Quiero que provoque un corte de luz generalizado en mi banco, que haga perder todos mis antecedentes, mis cuentas, mis huellas digitales y por sobre todo, ¡el giro de mi visa!
5. Quiero que en un director de teatro me pille en la calle, cruce para encontrarme y finalmente me “descubra”, porque ahí sí tendré motivos para dedicarme a la actuación.
6. Quiero que me mande a un guachón –ojalá lo envíe envuelto bien sexy- que ni se parezca a ninguna de las descripciones que puse acá. Porque Viejito, de esos sobran… ¡y yo quiero uno que valga la pena!

Eso no más sería, si al final las misses le piden por la paz del mundo, lo mío es bastante más simple creo yo.

Que conste que armé el arbolito de navidad ayer, sólo para venir a buscar mis regalos el 25 en la mañana, eh?

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viernes, 14 de diciembre de 2007

Esta Semanita...


No había podido escribir porque comencé mis dos semanas de exámenes y eso me tiene con pocas horas de sueño en el cuerpo y lenta como yo sola. Pero en todo caso estoy feliz porque ya rendí los dos primeros y me fue bien. Tanto, que casi recuperé la confianza perdida, cuando aseguré que este semestre estaba más tonta que el anterior (ajaja).

Pero en el examen del día lunes vi una actitud muy siniestra: la del “chupa medias”. La verdad es que al lado de mi compañero, el “Espinita” del jappening es una alpargata. No supo contestar nada y el profesor, en un intento desesperado por lanzarle un salvavidas con preguntas de actualidad, le respondía con frases del tipo: “Ohh, no le puedo creer”“Es que así nadie puede, ¿cierto?”“Uff, ¿a dónde vamos a llegar con estos políticos”.
Y a mí al principio me dio risa, porque yo en el lugar del profesor, le hubiese tirado un escupo por hablar tanta ridiculez. Después me dio vergüenza ajena, pensando que “eso” sería posiblemente en un futuro, mi colega. Y al final me piqué de verdad, porque el loco sacó una buena nota –no tanto como la mía claro, ejem- ¡sólo por ser “chupa medias”!
Esas conductas van en contra de mis principios, o sea, no me nace hacerle la pata a nadie y menos a un profe, para compensar lo no estudiado. Y eso que estoy segura que mi compañero, con lo poco agraciado que es, se veía mejor que yo, que estrenaba unas ojeras despampanantes con tanto estudio nocturno…
Ok, ése fue mi descargo estudiantil.

Tampoco había contado que hace una semana me encontré un conejito de orejas caídas en la calle. Sí, en la calle, nadie me cree, pero yo iba llegando a mi casa y lo veo correr, lo llamo y se queda conmigo. Fue como amor a primera vista yo creo. Así que me lo traje a la casa.
Papá propuso dejarlo afuera a ver si otra alma caritativa lo recogía, pero con mamá nos negamos. Lo bauticé como Tomás y es un amor de conejo, a mí me sigue, hacemos carreras y me languetea los pies. Claro que cuando es mucho el amor, se pone hacerle empeño a mi pantorrilla y bueno, eso ya no es tan chistoso. Así que descubrí que el dicho “te gusta como conejo” es de lo más ad hoc que hay.
Ahora el pobre está “Amenazado por Convivencia” eso sí, después de que ha convertido mi cama y la de mi hermana en su baño personal. Casi morí cuando supe que se había hecho en mi mini favorita, pero es imposible no perdonarlo.

¿Ven que es lindo? Cómo lo voy a castigar!


Y ayer fui a Estación Central a comprar los regalos para la campaña navideña. Es inhumano eso, yo creo que de las 4 horas que estuve ahí, 3 fueron sólo para trasladarme de una tienda a otra. Y no había calle, todo era mall callejero. Lo más ridículo que se me ocurrió fue tratar de probar un walkie talkie, para lo cual debía alejarme de la señora de la tienda cuneta a unos 3 metros. Y cuando logré hacerlo, pensé que lo más fácil era arrancar con uno, que volverme a buscar el otro. Y ella terminó dándome indicaciones –sí, por el walkie talkie- de cómo volver a su tienda, porque entre tanta gente me había perdido.

Pero también descubrí algo muy chistoso. Si alguien ya sabía de su existencia, no me digan que estaba ahí hace dos años que me pico, porque yo lo encontré ayer no más. Afuera del metro, hay dos monumentos que tienen las manos del jet set criollo plasmadas en cemento. Sí, como las que hacen las estrellas de Hollywood, pero éstas son de los que han participado para la organización de “Make a Wish”. Muy lindo en verdad.
¿Lo más chistoso? Luchito Jara tiene las manos muy chiquitas (Es muy chulo eso de probar si tus manos calzan en la de los “famosos”, pero admito que lo hice). El guachón de Camiroaga tiene las tremendas manos y lo pusieron al lado de la Karen Doggenweiler, yo creo que le daría soponcio si lo viera, pero dudo que vaya para allá.
Pero lejos lo mejor son las manos del Marcelo de Cachureos. Porque arriba de todas las manos sale una placa que dice, por ejemplo “Andrea Tessa, Cantautora” y así, los nombres y su profesión. Pero la suya dice: “Marcelo de Cachureos, animador de TV”. Y por si acaso, en realidad su apellido es “Hernández”, pero yo creo que debería ir a cambiárselo al registro civil, porque aparte del papá y yo, apuesto que nadie más lo sabía.

Pd1: Chicos! Las colaboraciones para la Campaña Navideña Paternitas se reciben hasta este sábado, así que a ponerse las pilas!
Pd2: Saludos varios a todos, vuelvo cuando termine mis exámenes!
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jueves, 6 de diciembre de 2007

¡Campaña Navideña Paternitas!

Hace más de 10 años se creó la Fundación Paternitas, que acoge a los hijos de padres y madres que están en la cárcel, quienes en la mayoría de las ocasiones pierden la custodia de sus hijos y otras tantas, no tienen con quién dejarlos.
Hace algunos años, con un grupo de amigos visitábamos a los niños, inventábamos juegos y actividades los fines de semana, con la idea de devolverles un poco la niñez que muchas veces le han quitado -con problemas que no les son propios- pero que los han hecho madurar con demasiado dolor de por medio.

Paternitas hace una labor increíble con los niños. Les procura de una educación insertándolos en los pocos colegios que los reciben, les dan un hogar muy cálido, además de preocuparse de todas sus comidas y atenciones médicas.
Con todo esto buscan “Romper el círculo de la delincuencia”, donde muchas veces están insertos y sin posibilidades de salir.
Los niños de Paternitas son como todos los niños que conocemos, muy inteligentes y maduros para su edad. Sin embargo, no pierden las ilusiones propias de la infancia como es recibir un regalo de navidad.

Por eso, el Club de Lulú por tercer año consecutivo, ha comenzado la campaña de navideña para dar un regalo a todos los niños de la fundación. Este año necesitamos estos regalos:

Para los NIÑOS:
De 5 a 7 años: 9 regalos
De 8 a 10 años: 14 regalos
De 11 y 12 años: 14 regalos

Para las NIÑAS:
De 5 a 7 años: 8 regalos
De 8 a 10 años: 14 regalos
De 11 y 12 años: 11 regalos

Son 70 regalos en total. Pueden colaborar con esta campaña entregando uno de estos regalos o aportando dinero a la cuenta que está en la página del Club. Lo ideal es que los regalos sean entre 3.000 y 4.000 pesos. La única motivación es poder entregarles a estos niños una navidad bonita como la que sueñan todos.
Por eso invito a todos los que vienen para acá para que nos ayuden en esta hermosa campaña, avisando a sus conocidos también.

Si tiene regalos que quieran entregar, sólo avísenme al correo que sale en mi perfil o a través de un post acá, que yo los puedo ir a retirar sin ningún problema. Ojalá muchos se motiven con esto y se pongan las pilas pronto, pues debemos contar con los regalos antes de la navidad obviamente.
No olviden que son niños como los que tenemos en nuestras familias y que se merecen una navidad bonita como la que todos deseamos para nuestros hijos.
Es demasiado fácil colaborar y la recompensa es inmensa.

Pd: Gracias a mis amigos Andrés, Tania y Julio, que ya se comprometieron con sus regalitos!

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lunes, 3 de diciembre de 2007

Muy Chúcara

Según mi hermana está muy mal que yo le diga a la gente que es chúcara, porque ese término es para los animales. Un caballo puede ser chúcaro, una mula es realmente chúcara y así. No la mamá, por ejemplo.
Pero mamá es súper chúcara a veces. Cuando me reta y yo no le hago caso, yo le digo que llega a parecerse a Chucky de tan feo que me mira. Y me mira más feo.
Le digo que si yo me la encontrara en un callejón oscuro, saldría arrancando. Más chúcara se pone. Pero es por ratitos no más, el resto del tiempo la mamá es lo más dulce que hay.

Mi vecina sí que es demasiado chúcara y a tiempo completo. Nos ha hecho la vida imposible desde que llegamos al departamento. A mí me odia y eso que soy enferma de simpática.
Ella se transformó al judaísmo para casarse con un judío y como estaba en plena época de cambios, de pasadita aprovechó de cambiarse el nombre también. Y él la dejó porque es enferma de neurótica y con una hija que tiene como mi edad y recién salió del colegio. Con abogado nos soplaron.
Y nos obliga a decirle Jael, que es como su nombre religioso, pero las cartas le llegan a nombre de Juana o algo así, muy chileno en todo caso.
Y yo para reírme le digo: “Juana, te llegó carta” y ella me gruñe. The real chúcara.

El sábado celebramos el cumple de papá, que en realidad está de cumpleaños mañana. La pasamos demasiado bien y el fotógrafo oficial nos sacó cientos de fotos demasiado entretenidas, como cuando los obligué a todos a poner cara de sorpresa y cosas así. Lo único malo es que el fotógrafo oficial es mi tío favorito, que siempre me entrega las fotos como al cumpleaños siguiente, así que no prometo mostrarlas.
La cosa es que estábamos demasiado prendidos en el cumpleaños cuando la vecina de la casa del lado gritaba y gritaba en el portón. Yo bajé bien enojada porque me carga que griten y me cuenta: un auto estaba estacionado en la salida de autos de su casa y ella no podía ni entrar ni salir.

Y mis ojos brillaron: ¡era el auto del papá de la vecina chúcara!

Así que le dije que llamáramos al tiro no más a un inspector para que le pusieran un parte. Pero la vecina que es como súper mística, ora a la pachamama y todo eso me decía que no, porque íbamos a armar un lío. Y yo dale con dictarle sus derechos, que era un atropello que le taparan así la entrada, así que le presté mi celular y llamamos. A esas alturas estaba la mitad del cumpleaños en la calle y yo dale que dale con que se merecía un parte.

Y llegó el inspector. Miró la escena y como que le daba lata cursar un parte, porque más encima era re tarde y estaba la Teletón y todo eso. La vecina mística no sabía qué hacer y yo le insistía al inspector que era una falta de respeto, que así daba vergüenza vivir en su comuna así que se lo sacara no más, que si no, yo iba a reclamar.
Y se lo sacó.
Yo me reía sola y habría pagado por verle la cara a la Juana, alias Jael.

Me voy a ir al infierno, pero quedé feliz.
Porque la chúcara no sólo se quedó con un tonto parte de 30 lucas, sino que se lo pegamos al vidrio. Al medio del parabrisas.
Porque al inspector se “le olvidó” ponerlo y nosotros teníamos miedo de que se le perdiera. De puro buenos que somos.
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